labios abiertos
aliento agitado
ojos entrecerrados
abiertos al destino
incierto
concierto de silencios
Despecho a las armaduras
que no curan, arden bajo el sol otoñal
que no curan, arden bajo el sol otoñal
Frío inocuo
sabroso sentimiento
que trepa.
Manos abiertas
caricias inciertas
El sol se deja ganar
hundirse
en la ciudad
pero las huellas
que supimos
trazar en las aristas
de nuestros rostros
no sabrán
como olvidarse.
a por otro vaso de vino, maestro!
ResponderEliminarQué alagado que me siento!
ResponderEliminary también en deuda, porque no he pasado por el tuyo!Solo lo leí fugazmente.
Gracias por los comentarios alagadores. Es un gran gusto. Y qué lástima que no podamos compartir el vino.
Saludos
También podés dejar tu metafora arriba y al costado.