2 - pregunta


Ojos embelesados
entregados al mar
que separa
el pensamiento

de la acción

Una eterna didascalia
en el torbellino
que arremete contra las aguas
de las estepas de la meditación


Una mano se mueve en la oscuridad, la acción se emprende
La alevosía de palabras envolventes atan al espacio
parónimos de sangre alguna vez se abrazan

por el miedo, por el precipicio del alma, de la soledad avasallante

deborarse ellos mismos, los de afuera ya no cuentan


El autointerrogatorio, purgatorio de la luz naciente
del alba ardiente
donde no se sabe sentir
el agua escurriendo los dedos, el viento
en
los propios huesos

Duda de la duda
y en ese péndulo
que ni la certeza se atreve a interrumpir
la estabilidad imposible
encuentra lugar en la cama
en la mesa de luz, en el baño
cerca de la puerta

en el espejo
su mismo reflejo

sonrien y se abrazan

hasta quedarse sin aire
y habitar en la carne
sin ganas
de respirar
y mirarse.
----------------------------------------------
a otros rumbos:

1

2 - acción

Preguntas

¿Quién determina
lo lindo, lo feo
lo mágico, lo eterno?

¿Quién decide
el fin, el principio
el conflicto de la historia?

Para ver mas allá
de la piel
de las escamas

Yo solo se
que no se nada
en este mar de incertidumbre

Si solo fuera
buen puerto
en esa tormenta

¿Quién escribe
como se ven
todos los colores?

¿Quién prescinde
el dolor, el sufrimiento
el amor sin condiciones?

Yo solo se
lo que nadie piensa
en este mar
en esta tormenta
pero no me animo a creer

Sala de Espera (bocetos de un cuaderno)

Sonido conocido que rebota
en el infinito
reverbera en esos momentos
que se abre el vacío
asusta lo desconocido
lo prohibido
y uno tiende a aferrarse
a la propia imagen.
Esa visión conspiradora
donde no es preferible
ser el pintor
sino el oftalmólogo.
La nota que resuena
no halla más que la ausencia
del lugar lleno de soledad
del tacto al propio reflejo
Mis fantasmas encuentran una brecha
para escapar del pensamiento
que los puede reconocer
achicarlos con solo un guiño
con un chasquido romper
el círculo desconocidamenteconocido
en el que se regocijan ocultándose
para acometer de la peor manera.

Una mañana me voy a dar cuenta
que es más fácil de lo que uno cree
y los pondré sobre el papel para
mancharlos con letras y diversos
TRAZOS
retazos que emparchan la piel
del presente pasado modificado
a la propia voluntad.

FUEGO

a L.P. in memoriam





Producto del sublime ardor
escurre por mis dedos
mi palma.

Llena la mano
como la verdad
de la despedida
que no se pierde ni se encuentra.

Vuela, se esparce
crece
reverbera
celebra libertad
y en su gusto saluda
a la vida misma
desde el lado mas desconocido
sumido en el polvo
desde el hondo
tibio aun
de su llama votiva.

Luminiscencia que nunca se apaga
mis ojos te convocarán
en todos o cualquier tiempo
entre mis pasos
mis letras
mi voz
al fuego incandescente

De eso se trataba...

El absurdo infinito de un círculo que continúa el ensayo de una obra que nunca se estrena, pero cada tanto, los actores, se visten de gala. Tras bambalinas se descubren los secretos de la escena principal, que sale mal y se repite. En la última butaca un aplauzo comienza para pasar por manos sudorosas, con guantes, secas, abiertas, grandes, de uñas largas, continuadescontinuadamente para llegar al de la primera fila, que no se dio cuenta que había que llorar al final. Pero nadie sabe que no puede y curiosamente se ríe. Alguna mirada perdida entre las tertulias se sobresalta, como cuando uno se encuentra un pelo blanco en su cabellera castaña, al notar que alguien lo estaba pensando, casi leyendo. Pero aunque le haga señas el tercer palco a la izquierda no se anima a bajar. Tal vez solo puede volar con la imaginación como una vaquita de san antonio en el ojo del huracan. Y despertarse como en un final de película, y darse cuenta que era una obra trillada, donde había que caerse de la cama y creer que todo era culpa de un sueño. ¿De eso se trata? ¿De algo común y sabido, predecible a lo cual uno no se pueda anteponer y trabajar para cambiarlo? Al reparar en la mesita de luz se cae en la cuenta de los restos del desordenordenado de la cabeza de hace unos días, de hace una hora, de lo que fue y de lo que no será. El velador no anda. Hay que cambiar el foco. En ese instante el director y el protagonista encarnan una pelea cual discusión shakesperiana. Los secretos se esconden entre los huesos, se encarnan en los músculos y los ojos son los únicos que no pueden mirar adentro y te das cuenta que partís de una magnífica línea que imperceptibleabsurdamente empieza a curvarse, sensible, inquietante, curiosa, infinita, vestida de gala. Seguir y seguir, y la respuesta en un viento insignificante, tan simple como la mirada de la sonrisa regalada. Son risas. Jugando en un bosque mientras el lobo no está, el círculo cierra para que otra puerta se abra, para ir a jugar despues de tomar la leche.