Despierto cada mañana
en la tumba de mis sábanas
desierto repleto de ganas
de no recordar más.
Hoy después de tanto
tanto tanto
creo creer
creo ver
quiero ser
el que supe ser
el que creo creer
el que creo ver
en el espejo
sin ningún otro reflejo
las ganas de alcanzar
se vuelven tangibles
y aunque descubra
que nunca llegaré
serán las persianas
que dejaran pasar
al día
y al otro día
el deseo
de eso se trata, de no dejar de creer, aunque sabemos que eso es imposible.
ResponderEliminarun saludos
lindo blog